
Con motivo de la pregunta pactada por Artur Mas y los líderes de ERC, IC-V y CUP, en la que se interrogaría, en una hipotética consulta de autodeterminación, a los ciudadanos catalanes sobre sus preferencias en relación a la relación de Cataluña con el resto de España, Sigma Dos realizó una encuesta para el diario El Mundo el pasado 14 de diciembre. Aunque la formulación de la pregunta dejaba lugar para la llamada «tercera vía» (votando Sí al Estado, pero No a la independencia), esta parece ser, hoy por hoy, una opción minoritaria entre los catalanes.
El resultado hablaba de dos grandes bloques: quienes están a favor de la independencia, con un 35,2% (quienes votaría un doble Sí en la consulta), y quienes se oponen de entrada, tan siquiera, a que Cataluña fuese un «Estado»: un 39,1% de la población. No parece momento para medias tintas: la opción de tener un Estado propio dentro del Estado o con algún tipo de relación federal con España representan sólo un 7,3& de la población.
¿Qué correlación hay entre la inclinación independentista y la vinculación a un determinado partido político? Los votantes de los partidos que pactaron la pregunta se inclinan mayoritariamente por el sí a que Cataluña sea un Estado: ERC (90,3%), la CUP (86,1%), CiU (71%) y con menos entusiasmo, ICV, (53,1%).
En cuanto al bloque del no tenemos al PSC (70,2%), el PP (64,2%) y Ciutadans, (92,3%) de contrarios al Estado propio para Cataluña.
En definitiva, parece datos que parecen dibujar, más que un sentimiento de unanimidad en torno a la independencia de Cataluña, un escenario de profunda división en la sociedad catalana en torno a este tema. Si uno de los argumentos del catalanismo político había sido su capacidad de cohesión social, con esta consulta estarían yendo justo contra la línea de flotación de esa convivencia que durante tantos años ha caracterizado a la sociedad catalana.