La canciller alemana Angela Merkel y su partido, la Unión Cristiano-Demócrata (CDU), inician hoy las conversaciones formales para formar gobierno con los liberales (FDP) de Christian Lindner, y  los Verdes (Die Grünen), de Cem Özdemir. Si resultan exitosas, estas negociaciones darán nacimiento a la llamada “coalición Jamaica”, por los colores de la CDU (negro), los liberales (amarillo), y los ecologistas (verde), el primer gobierno de este tipo en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial, y el cuarto de Merkel como canciller.

Los socialistas (SPD) de Martin Schulz se han negado a reeditar la “gran coalición” con Merkel, después de obtener en las elecciones del 24 de septiembre los peores resultados de su historia: 153 escaños y poco más del 20 % de los votos (frente a los 193 escaños que ganaron en las elecciones de 2013).

Las conversaciones a tres bandas, que se prevé serán complicadas, fueron precedidas por una renovación del acuerdo de la CDU y sus socios de la Unión Social Cristiana (CSU), de Horst Seehofer. Después de meses de disputas, ambos grupos llegaron a un acuerdo en materia migratoria, que, entre otras cosas, limita a 200.000 el número de extranjeros que pueden ser admitidos en Alemania por razones humanitarias. Merkel ha enfatizado que no se cambiarán las condiciones del derecho al asilo y que se ha incluido una cláusula sobre excepciones en situaciones de crisis, además de prever la redacción de una ley especial de inmigración para personal cualificado.

El objetivo del acuerdo entre CDU y CSU es evitar que vuelva a producirse la situación vivida en 2015, cuando eclosionó la crisis de refugiados. Políticamente, además, Merkel ha querido  generar una respuesta ante el ascenso de la formación derechista Alternative für Deutschland (AfD), que en las últimas elecciones obtuvo un 13 % de los votos y 94 escaños, con una campaña, precisamente, de neta oposición a la inmigración.

Los liberales y los verdes con quienes Merkel debe negociar se oponen al pacto migratorio CDU-CSU, si bien los liberales ven con buenos ojos la aprobación de una ley específica para inmigrantes cualificados. Este parece ser solo el primero de una larga serie de puntos que deberán negociar los tres partidos. Los liberales del FDP recelan de una mayor integración europea, especialmente en cuanto a iniciativas de emisión conjunta de deuda, y se oponen a reformar las pensiones y la seguridad social. Mientras, los Verdes, proeuropeos, se han mostrado optimistas con las propuestas de una mayor integración europea del presidente francés Emmanuel Macron y están a favor de reformas progresistas del estado de bienestar.

Este domingo un elemento adicional ha complicado la posición de Merkel en las negociaciones para formar gobierno que se inician hoy en Berlín: el SPD ganó las elecciones regionales de Baja Sajonia, y el AfD entrará por primera vez en un parlamento regional.