En el contexto actual, con el trasfondo de la situación catalana, el tablero demoscópico se mueve. Unidos Podemos pierde casi seis puntos -una pérdida del 27,5 % de los votos, casi un tercio- respecto a lo que obtuvieron en las  generales de junio de 2016. En relación a aquellos comicios, suben PSOE y Ciudadanos  (3,3 y 3,6 puntos, respectivamente), y el PP experimenta una leve caída de 1,6 puntos.

Unidos Podemos conseguiría  el 15,3% de los sufragios frente al 21,1% que logró en las elecciones generales de junio de 2016. También cae en relación al sondeo de Sigma Dos publicado por El Mundo el pasado mes de septiembre, donde a su vez había bajado hasta el 19,5% de intención de voto.

Los votantes premian la postura de Ciudadanos y PSOE, dos fuerzas constitucionalistas. La formación naranja logra al aumentar su intención de voto respecto a los comicios de 2016 en más de un 25%. Si en las generales del año pasado obtuvo un 13,1% de los sufragios, ahora conseguiría un 16,7%. 

Los votantes también premian al PSOE con 3,3 puntos más en intención de voto respecto a junio de 2016. De celebrarse ahora las elecciones generales, los socialistas conseguirían el 26% de los sufragios frente al 22,7% que obtuvieron hace 14 meses.

Verían acortada así su distancia respecto del PP a sólo 5,4 puntos, prácticamente la mitad de la ventaja que les sacaron los populares en las últimas elecciones. Lejos queda la posibilidad del sorpasso de Podemos a los socialistas: ahora son estos los que se distancian de los morados en más de 10 puntos.

Por su parte, el PP va recuperando poco a poco el pequeño descenso que registró tras las generales. Ahora, según el sondeo, obtendría el 31,4% de los votos. Volvería ganar las elecciones pero necesitaría una coalición parlamentaria para formar gobierno.